Puta sudadera...

Se suele decir que nuestra manera de vestir en cierto modo representa nuestra personalidad y lo que somos. Cada uno de nosotros elegimos vestirnos con todas aquellas prendas que pensamos que resaltan nuestras virtudes y  disimulan nuestros defectos. Vestimos de la manera en la que mejor representados nos sentimos, primero para sentirnos a gusto con nosotros mismo, y segundo porque sabemos que depende como lo hagamos transmitiremos una imagen u otra a la gente que nos rodea.

Hoy día si salimos a la calle nos encontramos con  mil y un estilos diferentes de vestir. Desde el clásico Hip-Hop con sus infinitas tallas XXL hasta el elegante y refinado, pasando por el descuidado y despreocupado estilo de toda aquella gente que no le da tanta importancia a la hora de abrir el armario y escoger que ponerse. Todos ellos siempre respetables, hay que añadir.

Dejando todos estos rodeos a un lado, el tema del que quería hablaros hoy trata de la importancia de la ropa "básica" en nuestro armario. ¿A qué me refiero con ropa "básica"? Me refiero a todas aquellas prendas, ya sean partes de arriba, de abajo o interiores sobre las que se sustenta algo tan fundamental como es el concepto de moda en todas sus variantes.

Cuando hablamos de tener un buen fondo de armario, es imprescindible hablar de todas estas prendas ya que al igual que una casa no se empieza a construir por el tejado, no podemos considerar tener un buen fondo de armario sin las míticas camisetas blancas de cuello en pico, las sudaderas grises de algodón, los pantalones chinos...Son tan importantes que algunas webs de tiendas de ropa como el Pull and Bear han decidido hacer distinción de ellas dedicándolas una sección titulada "básicos".

En lo que se refiere a mi opinión personal, siempre he pensado que la ropa sencilla,toda aquella de la que muchas veces hemos pensado "Joder, como puede costar esta puta sudadera 70 pavos si solo pone Element" es la que en realidad mejor sienta y más partido te saca. Aunque claro, tan solo es mi opinión, luego para gustos, los colores...

Un saludo a todos y gracias por vuestro tiempo :)



25 años después...

La semana pasada, en una aburrida tarde de domingo, comencé a leerme un libro titulado "CHERNÓBIL 25 años después" del periodista español Santiago Camacho, colaborador habitual del programa televisivo "Cuarto Milenio", entre otros.

A decir verdad, el libro llevaba unos cuatros años aproximadamente viajando entre mi habitación y el trastero sin que nunca hubiese tenido la fuerza de voluntad suficiente para leérmelo.Lo empezaba, leía las treinta primeras páginas y después mi madre terminaba subiéndolo de nuevo arriba ya que yo había encontrado mil y unas cosas mejores que hacer que terminar de leérmelo.

El libro habla de la catástrofe nuclear que sucedió en la ciudad de Chernóbil en el año 1986 desde el punto de vista del autor que pudo tener el privilegio de visitar la zona de exclusión, si se le puede otorgar tal consideración al hecho de visitar la zona donde la radiactividad derivada del accidente a día de hoy sigue haciendo sus efectos más devastadores,

Se estructura en dos partes: el pasado y el presente. En la primera de ellas comienza con una introducción en la que se cuenta el descubrimiento de la radiactividad, los primeros pasos desastrosos del algunas de las grandes potencias mundiales en la carrera nuclear y como no, las causas del accidente y todo lo que rodeó la explosión de uno de los cuatros reactores nucleares de Chernóbil. En la segunda parte, el autor hace hincapié en todo lo aprendido y visto en su estancia en Ucrania y en la todavía muy latente repercusión que tiene el accidente en todo el país, 25 años después...

A pesar de todas las cosas interesantes, algunas también muy duras, que se leen en este libro, me llamo especialmente la atención una reflexión del Autor la cual nunca me había parado a pensar pero con la que estoy muy de acuerdo. Esta dice así:



"Me pregunto por qué Chernóbil, a pesar de su magnitud épica y dramática, a pesar de los tremendos riesgos que aún supone para todos nosotros, es un tema sistemáticamente olvidado por los medios de comunicación. La respuesta es evidente. Chernóbil es la antítesis de todo lo que se ha convertido en el signo de nuestros tiempos. Nuestra cultura vive enfocada en el éxito y la felicidad, dando la espalda al fracaso y el sufrimiento, A primera vista puede parecer optimismo pero, en realidad, es inconsciencia. Lo que nos mueve como colectivo es la ambición de ganar, no el miedo de perder. Se nos enseña a obtener el máximo de todo con el mínimo esfuerzo. A gozar sin pensar. El realismo vive horas bajas. Cuando alguien, en cualquier conversación aporta un punto cauto o realista, automáticamente es tachado por alguno de sus contertulios de negativo o pesimista. Un gigantesco aparato de propaganda, mayor que el que ninguna ideología haya tenido jamás, organizado con un único propósito, vender, dicta que la felicidad es una obligación a cualquier precio y que el que no alcanza esa meta es porque no quiere..."


Os Invito a todos a que os lo leáis si tenéis la ocasión y saquéis vuestras propias conclusiones. Un saludo :)