Perfecta imperfección

Cuando hablamos del término "perfección" llegamos a la conclusión de que todas las definiciones que pensemos nos van a llevar al camino de la abstracción. Una palabra que cada uno de nosotros entendemos de una manera y que no entiende de blanco o negro, quizás tampoco de gris. De lo que si estoy seguro es de que depende mucho de nuestros gustos e ilusiones. Por ejemplo, para mí unos zapatos determinados pueden ser "perfectos", es decir bonitos, y para otra persona horrorosos y horteras.

Os estaréis preguntando por qué me da ahora por hablar de la idea de perfección y qué tiene esto que ver con los temas que suelo tratar habitualmente en el blog, y es que hoy me he levantado inspirado y me ha parecido una buena idea hacer una entrada acerca de los defectos e imperfecciones que todos nosotros tenemos.

Las personas con una alta concepción de si mismas dirán que ellos no tienen defectos, que son "perfectos". Por otra parte, en el grupo de los humildes encontraremos todas esas personas sencillas y normales que admiten tener más de un defecto sin más miramientos. La pregunta de por qué hay personas que están convenidas de que ellos no tienen defectos es muy ambigua. Lo que ellos no saben es que en la mayoría de los casos son todos nuestros defectos e imperfecciones los que nos hacen atractivos y especiales. Nuestras manías, defectos físicos o cosas en las que no destacamos forman parte de nosotros y nos definen, tú decides si para mal o para bien.
La conclusión que extraigo de todo esto es que una de las cosas más inteligentes que podemos hacer es aprender a reírse de uno mismo, y yo lo hago todos los días ;)





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